Martes 10 de enero de 2006
La rebelión de los pobres en América Latina
Después de casi medio siglo, las voces de los marginados de América Latina, han comenzado a estremecer al continente: el eco de su rechazo al neoliberalismo estremece desde la Patagonia a Río Grande, asustando a los poderosos. Especialmente sorprendido por este grito se halla el gran patrón, quien ciegamente creía en la teoría de uno de sus más mimados servidores, Samuel Huntington. Lo que no calculó Huntington es que hay un límite tolerable del hambre que, como regla, es acompañado por la injusticia social y la corrupción del poder al que llegan los marginados. Se estima que cuando el índice de la pobreza supera a 60% de la población se crean condiciones para la protesta y los cambios sociales que requieren la presencia de un líder carismático.
Estos vientos están soplando en América Latina, precisamente cuando Estados Unidos está atrapado en el callejón sin salida de Irak y Afganistán (...) Venezuela, bajo la dirección de Hugo Chávez, pudo salir de la dependencia y se enrumbó hacia el paulatino cambio de las estructuras del poder, usando sus recursos energéticos. Ahora Bolivia, después de la elección de Evo Morales, tiene todas las condiciones para sumarse, aprovechando su alto potencial energético.
Un hecho que dejó a los economistas neoliberales sin comentario es que, por primera vez en la historia, un país socialista, Cuba, superó en el índice del crecimiento económico a todas las naciones del continente. El PIB de Cuba creció 11,8%. Venezuela y Argentina, que se atrevieron a desafiar conceptos neoliberales, lograron 9,5 y 9%, respectivamente. Argentina ya dio el segundo paso de independencia financiera al pagar la deuda externa. Venezuela ya anunció que la cancelará en tres años. La experiencia rusa muestra que las reservas usadas para pagar la deuda externa no afectan la solvencia del país. En Perú, Ollanta Humala tiene al país con la boca abierta; en México, el subcomandante Marcos inició su pacífica marcha hacia el poder.
Después de casi medio siglo, las voces de los marginados de América Latina, han comenzado a estremecer al continente: el eco de su rechazo al neoliberalismo estremece desde la Patagonia a Río Grande, asustando a los poderosos. Especialmente sorprendido por este grito se halla el gran patrón, quien ciegamente creía en la teoría de uno de sus más mimados servidores, Samuel Huntington. Lo que no calculó Huntington es que hay un límite tolerable del hambre que, como regla, es acompañado por la injusticia social y la corrupción del poder al que llegan los marginados. Se estima que cuando el índice de la pobreza supera a 60% de la población se crean condiciones para la protesta y los cambios sociales que requieren la presencia de un líder carismático.
Estos vientos están soplando en América Latina, precisamente cuando Estados Unidos está atrapado en el callejón sin salida de Irak y Afganistán (...) Venezuela, bajo la dirección de Hugo Chávez, pudo salir de la dependencia y se enrumbó hacia el paulatino cambio de las estructuras del poder, usando sus recursos energéticos. Ahora Bolivia, después de la elección de Evo Morales, tiene todas las condiciones para sumarse, aprovechando su alto potencial energético.
Un hecho que dejó a los economistas neoliberales sin comentario es que, por primera vez en la historia, un país socialista, Cuba, superó en el índice del crecimiento económico a todas las naciones del continente. El PIB de Cuba creció 11,8%. Venezuela y Argentina, que se atrevieron a desafiar conceptos neoliberales, lograron 9,5 y 9%, respectivamente. Argentina ya dio el segundo paso de independencia financiera al pagar la deuda externa. Venezuela ya anunció que la cancelará en tres años. La experiencia rusa muestra que las reservas usadas para pagar la deuda externa no afectan la solvencia del país. En Perú, Ollanta Humala tiene al país con la boca abierta; en México, el subcomandante Marcos inició su pacífica marcha hacia el poder.
El Diario
Caracas, Venezuela
Caracas, Venezuela

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