Raúl Zibechi 17 de mayo de 2007 El pueblo mapuche, su historia, su cultura, sus luchas, han sido cubiertas por un manto de silencio. Las pocas noticias que llegan desde el sur de Chile están casi siempre vinculadas a la represión o a denuncias de "terrorismo" por parte del Estado chileno. Pese al aislamiento social y político, reducidos a una penosa sobrevivencia en las áreas rurales y a empleos precarios y mal pagos en las ciudades, siguen resistiendo a las multinacionales forestales y a las hidroeléctricas, y buscan mantener vivas sus tradiciones. "Estoy considerado por el Estado Chileno un delincuente por defender mi familia y mis tierras" , señala Waikilaj Cadim Calfunao , 25 años, miembro de la comunidad Juan Paillalef, en la IX Región, Araucanía, en una breve carta que nos hace llegar desde la Cárcel de Alta Seguridad en Santiago, donde la guardia no nos permitió el ingreso por razones burocráticas. Con escasa diferencia, otros presos mapuche se pronuncian de
Hasta que brille la luz de un nuevo día