Da risa (por lo menos) ver a la derecha chilena (y sus acólitos, como los "miedos" de comunicación, entre otros) irse en contra de la migración, cuando estuvieron, durante décadas, vendiendo -o tratando de vender- al mundo el discurso de "Chile es un país que crece", "Chile es un país con una economía sólida", "Chile es un país estable" o (el más ridículo, y que mencionó el rey de los ridículos días antes del estallido social) "Chile es un oasis"... Oigan, niñitxs de la derecha: normalmente muchas personas migran (y se los dice un migrante) tratando de buscar mejores oportunidades, o escapando de las situaciones paupérrimas de sus lugares de origen, precisamente a lugares en donde se asume que la economía es mejor (y, por ende, hay más posibilidades de empleos) y/o están las oportunidades que ellxs esperan, algo que, basta con leer para saber, ocurre en todas las latitudes... Claro, a la derecha se le olvida fácilmente, tiene amnesia s
A uno le da pena la muerte de personas como Julio, Anguita, no sólo por el fallecimiento de un histórico de la Izquierda (que ya es decir mucho), sino, especialmente, por la pérdida de alguien que, en su ser, personificó a la verdadera Política, aquella con mayúsculas. Me pasó lo mismo con la muerte de Volodia Teitelboim, de Ben Alí, de Fidel, entre otros: personajes con una lucidez superior, que entendían que la política debe ser el continuo proceso de confrontación de las ideas, del pensamiento, de la crítica y autocrítica, y de la capacidad de argumentación de las mismas, y llevarlas a la acción. Da pena, además de la pérdida de dichas figuras, porque aquello aparece tan lejano a la suplantación de lo que es el QUÉ-HACER político (con total minúscula hoy), vulgar, bruto, chabacano, imbécil, que no tiene problemas en recurrir a la burla fácil, ridícula, tamiz que acude raudo en usar al racismo, la homofobia o la misoginia (por sólo mencionar a algunos recursos retóricos), si se trat