
Constitución, monarquía y República
Es inadmisible que diversas instancias gubernamentales y partidarias hayan conmemorado el aniversario de la Constitución de 1978, y al tiempo celebren el XXX aniversario de la restauración de la monarquía, teniendo en cuenta que es heredera directa de la dictadura de Franco.
Esta Constitución constituye una burla por la ausencia de independencia entre Iglesia y el Estado, dando carta de naturaleza al anacronismo concordato con el Vaticano de 1953, que sigue garantizando la enseñanza de la religión en la Escuela Pública e institucionaliza las subvenciones a la enseñanza religiosa, saltando por encima de un estado laico recogido en su texto. En contradicción con los valores laicos que asimismo el republicanismo representa, el Gobierno, acosado por la derecha más cerril y clerical, se empeña en mantener los privilegios a la Iglesia Católica, en permitir la enseñanza de la religión en la escuela y seguir sosteniendo la enseñanza privada en detrimento de la pública, perdiendo el PSOE una oportunidad histórica de promover una reforma educativa auténticamente laica.
Esta Constitución constituye una burla por la ausencia de independencia entre Iglesia y el Estado, dando carta de naturaleza al anacronismo concordato con el Vaticano de 1953, que sigue garantizando la enseñanza de la religión en la Escuela Pública e institucionaliza las subvenciones a la enseñanza religiosa, saltando por encima de un estado laico recogido en su texto. En contradicción con los valores laicos que asimismo el republicanismo representa, el Gobierno, acosado por la derecha más cerril y clerical, se empeña en mantener los privilegios a la Iglesia Católica, en permitir la enseñanza de la religión en la escuela y seguir sosteniendo la enseñanza privada en detrimento de la pública, perdiendo el PSOE una oportunidad histórica de promover una reforma educativa auténticamente laica.
A los republicanos se nos hurta la posibilidad de elegir la forma de Estado, discriminando el derecho de los ciudadanos frente a los de la monarquía al declarar “…los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento…” (art. 14). Constitución que, a su vez, otorga al monarca amplios poderes como: “hacer guardar” la Constitución (art.61) y el de ejercer el “mando supremo” de las Fuerzas Armadas (art. 62 h). Fuerzas Armadas que tienen la extravagante y no menos preocupante misión de defender “el ordenamiento constitucional”, además de “garantizar la soberanía e independencia de España” y de “defender su integridad territorial” (art 8). Aspectos que se utilizan como arma arrojadiza contra la demanda de un mayor autogobierno por parte de las nacionalidades del Estado Español. Constitución que declara al rey no responsable de sus actos (art. 56.3), es decir que no puede ser juzgado en caso de delito y para rematar la faena se le asigna via Presupuestos del Estado, una cantidad global para el sostenimiento de su Familia y Casa, (art. 65) 8 millones de Euros para el año 2006, que distribuye libremente y sin obligación de declarar IRPF ni patrimonio. Así, la igualdad ante la Ley, principio recogido en la Constitución de 1978, se encuentra negada, cuando se considera a la monarquía como “inviolable”, por encima de toda Ley. Toda una burla a la misma constitución, a la Democracia tutelada, al Pueblo y a su Parlamento.
Si durante el mandato del PP con Aznar a la cabeza, hemos dado un paso atrás, con mandato actual del PSOE tampoco se ve un avance, y denunciamos el incumplimiento de los aspectos sociales positivos de la misma y que a lo largo de estos veintisiete años se a mostrado incapaz de dar respuesta a los graves problemas que persisten en nuestro país.
Hoy, cuando desde las instancias gubernamentales y de la Unión Europea se afirma que los índices de la economía española son muy favorables, las condiciones de vida de buena parte de la población (sobre todo los abulenses) son cada vez mas insostenibles. La juventud apenas tiene posibilidad de un trabajo estable y de una renta suficiente para acceder a una vivienda en propiedad o de alquiler en un país con mas de tres millones de pisos vacíos, el paro continua en cotas preocupantes, el 30% de los trabajadores, principalmente mujeres y jóvenes, tienen contratos precarios y temporales, los inmigrante sufren condiciones de trabajo que rozan la esclavitud, no se pone coto a los accidentes laborales y cada dia mueren 4 trabajadores por esta causa, a pesar de las promesas la mayoría de las pensiones no alcanzan el mínimo vital y cada dia son mas exiguas por el impacto de los precios y como consecuencia unos sindicatos conformistas sin capacidad de movilización, acompañado de una política fiscal injusta que sigue beneficiando a las rentas mas altas y al capital financiero. Política fiscal que al mismo tiempo incide negativamente en la calidad de los servicios públicos y cuyo deterioro se hace más patente en la sanidad y en la educación.
Asimismo, la Paz como valor republicano, nada tiene que ver con ese “republicanismo cívico” que el Sr. Zapatero preconiza, mientras desde las instancias gubernamentales se concilian tratados y aun se mantienes bases extranjeras que mancillan la propia independencia y soberanía del estado español, que posibilitan la agresión a otros países y que facilitan al imperio del fundamentalista Sr. Bush el atropello de los derechos humanos. Desde el estado español, se persigue y se captura a criminales de guerra de otros países, pero no se reconoce la legitimidad y legalidad de la II República, la ilegalidad de la rebelión del 18 de julio de 1936, el proceso de recuperación de la memoria en torno a hechos y situaciones referidas a la represión franquista durante la Guerra Civil y durante la dictadura, de reparar la desigualdad y la memoria de aquellas personas que sufrieron cárcel, represión, muerte y exilio, por defender unos valores democráticos de libertad. La resolución de este agravio después de 30 años, no cabe desde ningún republicanismo de salón sino desde el compromiso y la voluntad política de llevar al Parlamento el proyecto de Ley de restitución de la memoria que el gobierno se comprometió llevar a efecto.
También se equivocan todos aquellos que pretenden que en nuestra “feliz monarquía del republicanismo cívico” existen las posibilidades de acceder a una cultura integral, accesible a toda la ciudadanía. La cultura republicana consiste, primordialmente, en concienciar a los hombres y mujeres de su papel de ciudadanos, una apuesta por la constitución de los hombres y mujeres en sujetos protagonistas. Nuestra monarquía solo puede subsistir bajo las premisas del pensamiento cero, de la ausencia de critica, del predominio de las revistas y de los programas cada vez más indecentes. Por ello, la cultura republicana es incompatible con la monarquía. No hay republicanismo cívico que valga, mientras subsistan los privilegios. La monarquía, por razón, es antidemocrática y como tal debe ser abolida.
Hay que optar, hay que definirse. Los sentimientos, adhesiones y compromisos que se manifiestan de manera creciente en apoyo de la Republica, si pretendemos que esta sea una realidad, deben ir confluyendo en torno a una propuesta política. Propuesta que debe ir más allá que el cambio de Jefatura del Estado y en torno a un marco común de valores, de derechos y libertades en los que los republicanos nos sintamos identificados. El debate sobre esta cuestión conseguirá –junto con el avance de la idea republicana- la cohesión política y social en torno al proyecto constitucional de la III República.
* Félix González Prieto es representante de Izquierda Republicana en Ávila, España.

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