Martes 20 de diciembre de 2005 DEBATE INTERNACIONAL: Venía gente de todo el país y hacía larguísimas colas y firmaba toda clase de documentos para acceder al genio que multiplicaba sus ahorros. Manuel Castells José Cabrera Román era un notario feliz, querido y respetado por sus convecinos de la ciudad de Machala, provincia de El Oro, Ecuador. Estudió Derecho en la Universidad de Oviedo y a su regreso, en 1963, instaló su notaría en esa ciudad, optando por los pequeños placeres de la vida en una zona entonces medio dormida. Vestía con guayabera, le encantaba la música nacional, el seco de chivo y la leche de soya y poder beberse con los amigos una buena botella de puro. Hombre de familia, fue prosperando y llegó a vicepresidente de la Federación de Notarios de Ecuador y miembro de la Federación Internacional de Notarios, e incluso fundó el Club Rotario de Machala. Con el tiempo y el dinero, el notario Cabrera también vivió otra vida, disfrutando de jovencitas a quienes llevaba a Quito
Hasta que brille la luz de un nuevo día