Sí, para qué negarlo: "irle a" (ser hincha de) los Pumas de la UNAM es el sello que me ha caracterizado en México, ¡incluso antes de ser orgulloso alumno de la máxima casa de estudios de este país (y de las mejores, si no la más, de Iberoamérica)! Pero, ser hincha del Santiago Wanderers es algo que va más allá de toda explicación accesoria: es la raíz originaria, la fuente de alegría por el fútbol, el punto de contacto inagotable con Chile, la expresión más indeleble de arraigo con Valparaíso, el ADN más claro de mi identidad. Si me catalogan de porfiado, obstinado, eterno seguidor de mis propias convicciones (en un mundo tan abyecto y acomodaticio al oportunismo), busquen su fuente en ser de Santiago Wanderers; ese Club Decano del Fútbol Chileno (el segundo a nivel sudamericano), fundado en la tarde-noche de un 15 de agosto de 1892. Pablo Sandoval, el personaje bohemio de Guillermo Francella en esa joya fílmica que es "El Secreto de sus Ojos" , menciona en