Martes 29 de noviembre de 2005
QUIOSCO DEL MUNDO:
QUIOSCO DEL MUNDO:
La elección de Amir Peretz, nacido en Marruecos, como líder del Partido Laborista de Israel, marca una de las impactantes sorpresas políticas que parecen ser la tónica de la política de ese país. Los analistas políticos recién empiezan a vislumbrar las permutaciones posibles que generará el cambio de liderazgo laborista, pero algunas cosas ya están claras. Peretz se ha declarado contra la participación laboristas a un lado del conservador partido Likud en el Gobierno encabezado por el Primer Ministro Ariel Sharon. La coalición fue negociada por Shimon Peres, el veterano político laborista cuya derrota ante Peretz en las elecciones internas agrega a su tendencia a perder elecciones previstas como imposibles de derrota.
Un colapso de la coalición podría resultar en nuevas elecciones dentro de poco, posiblemente con Sharon y Peres encabezando un nuevo partido centrista contra un resucitado partido laborista a la izquierda y un iracundo Likud a la derecha. Independientemente de cómo se desenvuelva el juego político, Peretz representa las nuevas fuerzas políticas emergentes en Israel, que sin duda provocarán remezones en el equilibrio político vigente, al igual que el Likud de Menahem Begin movilizó las nuevas fuerzas que hace una generación agitaron la política de entonces. Peretz también está claro respecto de su postura frente al tema Israel-Palestina: su primera moción como el nuevo presidente de los laboristas consiste en un proyecto de ley que propone extender las indemnizaciones otorgadas a los colonos judíos que abandonaron la Franja de Gaza a aquellos dispuestos a marcharse de la Ribera Occidental en forma voluntaria.
Por cierto, algunos se lamentarán ante este remezón a la política israelí que ocurre justo cuando Sharon había logrado superar la formidable resistencia a la retirada de Gaza y podido formar una aparentemente estable coalición con los laboristas. Sin embargo, no existe evidencia de que Sharon albergue planes para continuar retirándose de las tierras palestinas ocupadas, y el proceso parece estar a punto de estancarse una vez más desde la perspectiva de ambos, Israel y Palestina. El ascenso de Peretz es una oportunidad, al menos para Israel, para generar el urgentemente necesitado debate acerca de dónde está parado Israel y hacia dónde debe continuar, tanto en el proceso de paz como en su propio desarrollo interno.
International Herald Tribune
París, Francia
Un colapso de la coalición podría resultar en nuevas elecciones dentro de poco, posiblemente con Sharon y Peres encabezando un nuevo partido centrista contra un resucitado partido laborista a la izquierda y un iracundo Likud a la derecha. Independientemente de cómo se desenvuelva el juego político, Peretz representa las nuevas fuerzas políticas emergentes en Israel, que sin duda provocarán remezones en el equilibrio político vigente, al igual que el Likud de Menahem Begin movilizó las nuevas fuerzas que hace una generación agitaron la política de entonces. Peretz también está claro respecto de su postura frente al tema Israel-Palestina: su primera moción como el nuevo presidente de los laboristas consiste en un proyecto de ley que propone extender las indemnizaciones otorgadas a los colonos judíos que abandonaron la Franja de Gaza a aquellos dispuestos a marcharse de la Ribera Occidental en forma voluntaria.
Por cierto, algunos se lamentarán ante este remezón a la política israelí que ocurre justo cuando Sharon había logrado superar la formidable resistencia a la retirada de Gaza y podido formar una aparentemente estable coalición con los laboristas. Sin embargo, no existe evidencia de que Sharon albergue planes para continuar retirándose de las tierras palestinas ocupadas, y el proceso parece estar a punto de estancarse una vez más desde la perspectiva de ambos, Israel y Palestina. El ascenso de Peretz es una oportunidad, al menos para Israel, para generar el urgentemente necesitado debate acerca de dónde está parado Israel y hacia dónde debe continuar, tanto en el proceso de paz como en su propio desarrollo interno.
International Herald Tribune
París, Francia
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